Desde nuestra asesoría en Sevilla queremos hablarte de una posible forma de cobrar tus facturas de manera adelantada, evitando así la insolvencia por parte de los propios proveedores a cambio de un porcentaje. Este método es conocido como factoring y lo ofrecen las entidades financiaras a las compañías con el objetivo de que estas puedan obtener financiación a corto plazo y aportarles valores añadidos.
El factoring puede considerarse como un servicio que hace las gestiones de cobro de forma externa. Lo cual permite que la empresa no tenga que destinar recursos para realizar este tipo de acciones, quedándole solo la parte orientada a producir y vender.
Tipos de factoring
- Sin recurso. El banco se hace cargo del riesgo de insolvencia del cliente. En este caso no puede actuar contra la empresa en caso de que no se produzca el pago. Supone un coste aún mayor en la operación, por lo que la comisión por parte del banco también será mucho más superior.
- Con recurso. El banco no asume riesgo de impago y puede actuar contra la empresa en caso de que se produzca impago del cliente. El banco llevará a cabo todas las medidas consideradas como extrajudiciales y judiciales con el objetivo de garantizar que se produce el cobro. Sin embargo, en el caso de que sea imposible el cobro, el banco devuelve las facturas a la empresa cedente y recupera el importe que se había dado anteriormente.
La ventaja más destacada del factoring es la disposición de liquidez inmediata dado que podrás cobrar las facturas en el momento en el que se han emitido. Por otra parte, habrá que tener en cuenta que la empresa no cobrará toda la cantidad que se le debe dado que las comisiones por parte del banco suelen ser del 2 al 3% del total. También suelen cobrar un interés en función del plazo de vencimiento y por los costes del propio servicio.
Contacta con nuestra asesoría en Sevilla para conocer más sobre el factoring y ventajas e inconvenientes.